MUDARSE A LA VIDA
Hace tiempo
que el espejo se sumerge en los escombros,
que las manos envejecen al decir adiós,
que somos rehenes de lo invisible.
Hace tiempo
que el espejo se sumerge en los escombros,
que las manos envejecen al decir adiós,
que somos rehenes de lo invisible.
Entre la bruma y la ceniza
perdimos algo esencial.
perdimos algo esencial.
Era necesario descifrarnos
en las palabras del insomne,
en los ojos del hombre herido
o en la renuncia inesperada del suicida.
Apagar las luces
como derruidas estrellas
en las palabras del insomne,
en los ojos del hombre herido
o en la renuncia inesperada del suicida.
Apagar las luces
como derruidas estrellas
Cántame, cuéntame, ármame.
Tú y tu clásico entender de las costumbres,
dime que el tiempo que tejíamos
no era sólo de criptas y ataúdes,
que las miradas no añoraban el mar
como velas vivas o incendios.
Que nunca fue en vano
conjugar tu llegada con el vuelo de los pájaros
o acaparar la insistencia del nudo
con el poder de sus extremos habitados.
dime que el tiempo que tejíamos
no era sólo de criptas y ataúdes,
que las miradas no añoraban el mar
como velas vivas o incendios.
Que nunca fue en vano
conjugar tu llegada con el vuelo de los pájaros
o acaparar la insistencia del nudo
con el poder de sus extremos habitados.
Aquí en este silencio intermitente
como un faro que renueva,
hay una historia en movimiento;
como un faro que renueva,
hay una historia en movimiento;
te hablo, te nombro, te desarmo;
el suspiro establece
lo que se termina y lo que comienza:
lo que se termina y lo que comienza:
…………………Un montón de huellas
…………………abandonan la soledad
…………………y se llevan los recuerdos,
…………………abandonan la soledad
…………………y se llevan los recuerdos,
……………………………………anhelo de niña,
……………………………………vendas del corazón,
……………………………………un horizonte.
……………………………………vendas del corazón,
……………………………………un horizonte.
ANA CARDINALI
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